La transformación digital arrasa en el sector financiero: del 28% al 60% de los clientes de la banca optan por la versión digital.
Cómo una identificación digital única se convertirá en el pasaporte de comercio de la UE
Cuando se trata de entender las nuevas regulaciones del Sistema Europeo de Reconocimiento de Identidades electrónicas (en inglés: Electronic IDentification, Authentication and trust Services – eIDAS) que entró en vigor de manera oficial en la UE en el mes de septiembre, es necesario dar un paso atrás y entender cuál es el propósito general de la Unión Europea.
Si se retrocediera en el tiempo de manera muy rápida hasta el año 2014, cuando se aprobaron por primera vez las regulaciones eIDAS, se vería que la UE se estaba quedando atrás en lo que a ofrecer la misma armonía de mercado único se refiere, ya que era la norma esperada en la mayoría de las relaciones comerciales.
Estas regulaciones son parte de la amplia historia de la construcción de la interoperabilidad digital y de la creación de un único lenguaje común para todas las transacciones.

De difuso a cohesivo
Para que cualquier economía moderna funcione eficientemente, primero necesita contar con sistemas de identidad efectivos. La identidad es la clave del servicio, porque permite a todas las partes involucradas confiar en la transacción realizada. El problema actual en la UE es que los diferentes Estados miembros tienen distintos sistemas de identificación digital, y hay muy poca estandarización o cohesión transfronteriza.
Esto significa que lo que funciona en un Estado miembro casi con total seguridad no funcionará en otro. Cada vez que un ciudadano de la UE se traslada a otro país, tiene que establecer, de nuevo, su identidad digital. Es un proceso que generalmente involucra documentos manuales, cheques en persona, documentación de terceros e identificaciones múltiples emitidas por el gobierno.
Las dos piezas más grandes de la nueva normativa se refieren a la firma electrónica y a la creación de una identidad digital transfronteriza. Con ello, se facilitará el acceso a los servicios públicos a alguien nuevo en un Estado miembro.
En lo relativo a la firma electrónica, los nuevos reglamentos facilitarán su implementación y garantizarán su legitimación en toda la UE. Los reglamentos no incluyen ninguna recomendación específica sobre tecnología, pero sí directrices para el sellado de la hora, los sellos electrónicos, la entrega electrónica y la autenticación del sitio web.
Lo que estas regulaciones significan, es que, si un consumidor crea un documento de identidad electrónico en su país de origen para acceder a los servicios estatales, podrá ir a cualquier otro Estado miembro y aprovechar ese mismo documento de identidad local para utilizar los mismos servicios públicos en su nuevo país.

Un cambio en la UE
La UE, no era exactamente la misma en 2014 que actualmente en 2018. En 2014, la idea de que el Reino Unido saliera de la UE a través del Brexit, habría sido una idea realmente impactante.
Aunque el panorama actual en la UE -y en el resto del mundo, cambia de manera constante, es importante observar los sistemas que se desarrollan, y pensar en cómo se pueden aprovechar de mejor forma.
Lo que entrará en vigor en las próximas semanas, por ejemplo, sólo afectará directamente al sector público, que deberá haber creado y presentado sus normas de conformidad con eIDAS para el próximo mes. Hasta ahora, el sector público no ha anunciado ningún plazo para aceptar o utilizar el marco de identidad de la UE confirmado por los reglamentos de eIDAS. Sin embargo, lo que va a entrar en vigor, tendrá un efecto dominó muy amplio, ya que las normas y la infraestructura que establece facilitarán a las empresas del sector privado la aceptación y aplicación de procesos similares.
La tendencia creciente
No se puede evitar la intención de la UE de impulsar la identidad digital unificada, ya que de alguna manera refleja los servicios que muchas plataformas ofrecen a las empresas privadas.
Se puede comprobar cómo las identidades digitales de la UE que están surgiendo ahora, crean una gran oportunidad para vincular las ofertas de muchas plataformas con una infraestructura emergente de identificación digital.
Se prevé que en los próximos años las empresas quieran expandirse hacia 20 o 30 países al mismo tiempo y aprovechar esta nueva forma de validar clientes.
Una vez que esa infraestructura esté disponible y en funcionamiento, se cree que las empresas privadas buscarán ampliamente ver cómo funciona, y luego construirán a partir de ella usando su tecnología para mejorar su funcionalidad.
Y probablemente las empresas podrán examinar las identificaciones digitales de la UE, que están surgiendo en la actualidad, lo que les otorgará una oportunidad para vincular las ofertas de su plataforma a la infraestructura de identificación digital emergente.
Tanto en la UE como en los Estados Unidos y en el resto del mundo, se apunta claramente a la identificación real y a la identidad digital portátil. Siempre hay maneras de que falle en el lado regulatorio o de la implementación. Sin embargo, en el caso de eIDAS, a medida que el objetivo se va superando, parece que será una gran oportunidad para simplificar y mejorar el entorno digital.
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